Elementos que no deben faltar en una cocina

El auge que los últimos años han tenido los programas dedicados a la cocina, ha provocado que germinara en ti la curiosidad culinaria. Con el paso de tiempo, has ido adquiriendo libros sobre la temática e improvisando nuevas recetas con las que deleitar tu paladar y el de los tuyos. De hecho, eres el encargado de organizar las comidas entre amigos, dada la destreza que demuestras tener. Por este motivo, queremos recordarte algunos objetos que no deben faltar en tu cocina para que esta te permita crear auténticas joyas culinarias.

• Lenguas. Este pequeño artilugio te permitirá aprovechar al máximo tus salsas. Por eso te recomendamos que compres varias de distintos tamaños y grosores. De este modo, te garantizarás su uso en cualquier tipo de recipiente o tarro. Verás como no desaprovechas ni una gota. También resultan muy útiles para despegar las masas de pan o de pasteles de los recipientes. Por lo que son muy utilizadas en la repostería.

• Un juego de cuchillos. Estos son tus herramientas fundamentales de trabajo. Por tanto, no lo dudes y gasta lo que sea necesario para que tengas un instrumental de calidad. Al menos, debes tener uno para pelar, laminar, cortar, picar y otros específicos para carnes, pescado y verduras.

• Escurridor. Te será de gran utilidad cuando decidas emular los grandes platos de la comida italiana y necesites escurrir la pasta. También, es de vital importancia para quitar el exceso de agua cuando limpiamos las verduras.

• Sartenes. Para que puedas cocinar cualquier plato y puedas adaptar las cantidades del mismo a distinto número de comensales, lo ideal es que cuentes con distintas sartenes de distintos tamaños. Apuesta por los modelos antiadherentes y que se adapten al tipo de hornilla de tu cocina.

• Moldes de silicona. Si te encanta la repostería, estos artículos no pueden faltar en tu cocina. Ya sean de gran tamaño para hacer tus bizcochos, o más pequeños para tus muffins, al menos debes tener uno. Te recomendamos que sea en este material porque resulta más fácil de lavar y se estropean menos que sus homólogos en metal.