Everest: El basurero desconocido
Cuando hablamos de grandes expediciones de senderismo o escalada obviamos el impacto que el ser humano cause en la naturaleza.
Es el caso de las expediciones en el Everest, estamos viviendo un ascenso preocupante de la contaminación que el hombre causa en el medio.
Acostumbrados como estamos a preciosas e increíbles panorámicas del techo del mundo, los medios no muestran la dura realidad. Y es que, el sendero de ascenso a la montaña más habitual, está plagado de toneladas de basura.
La expedición franco – nepalesa de Everest Green, tiene como misión documentar y trabajar en el cuidado de uno de los ecosistemas más frágiles del planeta.
En las operaciones de limpieza de los últimos años, se han retirado 16 toneladas de basura. El gobierno de Nepal, estimó que se acumulan más de 50 toneladas de residuos. Tanto es así, que en muchos casos cuando se producen desprendimientos de nieve, salen a la superficie restos de plásticos, botellas de oxígeno, prendas, etc.
Una de las normas aprobadas para colaborar con la limpieza de la montaña es que cada alpinista que acceda a la misma, debe regresar con 8 kilos de basura recolectada por encima del campamento base, en caso de no hacerlo, estos alpinistas deberán abonar una multa de 4.000 dólares.
Entre las 15 toneladas evacuadas del Everest por la Eco Expedicion de 2013, se contabilizaron 600 kilos de desechos humanos, incluidos seis cuerpos completos.
Una vez retirada de la montaña, la basura será seleccionada. Los restos orgánicos serán quemados en Namche Bazar, capital de los sherpas, a tres jornadas a pie del campamento base del Everest, mientras que plásticos, metales, pilas y residuos similares se evacuarán vía aérea a Katmandú. Una vez en la capital de Nepal, los plásticos compactados y los objetos metálicos se enviarán a India, mientras que las pilas serán recicladas en Francia.